lunes, 21 de febrero de 2011

Berlinale 2011: Apuntes finales.



El European Film Market está situado en las dos plantas de un edificio inmenso. Dos plantas llenas de stands donde prácticamente encuentras a todos los países que apuestan por el cine como imagen exterior, como presencia de su cultura, como marca. Así vemos inmensos stands con la bandera italiana, la canadiense, la española. Pero también hay stands, no tan grandes, pero con mucha actividad: el de Croacia, por ejemplo. 

No me extraña que no haya un stand de Perú. Ahí el cine aún es percibido como una actividad de secundaria importancia para el gobierno y son escasos los recursos que llegan desde él.

Veo el libro que se reparte en el stand de Turquía:


Un libro de casi cien páginas, donde se mencionan 24 largometrajes ya terminados y 31 en plena producción. También, datos de las compañías para producir y distribuir, además de los nombres de innumerables festivales que ellos tienen.

Para mí el cine turco era tres nombres, pero veo con asombro que ya hay toda una industria que va en ascenso año tras año. Me ha resultado toda una sorpresa y cada vez que puedo converso con alguien sobre el tema. Pregunto cómo fue posible, pregunto si ha tenido que ver mucho la coproducción con otros países. Pero no, excepto la que estaba compitiendo por el Oso de Oro, hay un par más que son coproducciones. Todas las demás son películas 100% turcas, la mayoría hechas en 35mm.

Las respuestas son las mismas: 1) Apoyo del gobierno y, 2) Unión de la comunidad, una comunidad donde, si bien hay dos grandes nombres "por encima", nadie mira sobre el hombro a nadie y nadie ataca por atacar a nadie. Las productoras cooperan entre ellas, se "co-producen" sin tener que salir del país. Se apuesta por una historia y se respetan los plazos de trabajo. Se rotan los puestos. Se desarrollan historias variadas. Las instituciones se comprometen.

Creo que cada país tiene su propia manera de desarrollar su cine. Como en las películas, no existe un guión fijo para alcanzar el éxito. Pero quizás si esperamos que países como Perú tengan finalmente una presencia constante a nivel mundial, podríamos empezar a estudiar con mayor atención los casos de cines emergentes en las últimas décadas. Como el caso de Latvia, cuyo cine también tiene un stand y varios proyectos que ofrecer. 

*

La primera vez que me encuentro con Paula y con Viviana fue en un café, por la noche, un día después del estreno de su película. Asumo que estaban ligeramente nerviosas: los primeros comentarios fueron ambivalentes respecto a El premio.

Pero en cambio yo la vi, me sentí hipnotizado en varios momentos y hasta escribí unas palabras al respecto. Tuve el coraje de acercarme a saludarlas y a felicitarlas por la película. "Seguro van a ganar un premio", y ellas se ríen. Cuando al día siguiente veo los puntajes de algunos críticos locales, me siento un poco decepcionado porque no comparten mi entusiasmo con esa película.

Robinson me dice que me he vuelto un blando, que todo lo veo con buenos ojos, que no soy ácido ni crítico como antes con las películas, que el Festival me ha cambiado. Pero no es así. O no del todo. Naturalmente, mientras camino por Berlín solamente tengo buenos ojos para la ciudad y para el festival. Bonito. Todo me parece bonito.

Pero hay películas y cortometrajes que no me gustan. Solamente que no hablo más de lo que no me gusta o, en todo caso, hablo de los elementos que sí me gustan. Esto, sin embargo, no es por el festival sino una lección que saqué tras los dos años estudiando en Madrid: desde fuera es más sencillo aplaudir así como destruir. Desde dentro, uno puede incluso valorar muchos aspectos de una obra que en su concepto no llega a apreciar. 

Pero tampoco discuto con Robinson y le digo que sí, que tiene razón en todo y sigo sonriendo. Así, hasta el final del festival, donde El premio se lleva dos Osos de Plata y finalmente me puedo encontrar de nuevo con Paula y Viviana, felicitarlas nuevamente y ser testigo de la inmensa alegría que ahora sí llevan, completamente. 

*




"Poético" es el adjetivo que más usan para referirse a La calma los directores de los otros cortos en competencia. Claro que esa calificación tiene doble sentido: Poético... ¿porque no se entiende? ¿por no llamarlo experimental? ¿por dulzón a lo Neruda? Creo que son todas las anteriores. En todo caso, sigo sonriendo y respondo con palabras amables hacia sus cortos.

Pero no es hipocresía sino la verdad. Hay cortometrajes muy buenos, muy intensos. Como la apocalíptica Switez, del humildísimo Kamil, animación hecha con pinturas de gran escala, en un trabajo de 7 años, coproducción de cinco países y segura candidata al Oscar el próximo año. O como Stick Climbing, del divertidísimo Daniel, un proyecto desarrollado para un museo pero visto en el cine resulta sorprendente y regocijante. Y como otros tantos. El hecho que Park Chan-Wook y su hermano ganaran la competencia de cortos (y que el Oso de Plata fuera para otro corto coreano que también hubiera firmado tranquilamente Park) no me entristece sino, por el contrario, me da un orgullo especial. 


Jamás dejaré de estar agradecido a Maike Mia Höhne, la curadora de la sección, por haber aceptado a La calma en la competencia. Ver el corto en medio de una selección muy fuerte ha hecho renacer algunas convicciones que tambaleaban en los últimos meses y me ha dado la confianza de que el próximo proyecto será aún mejor.

Y sé que cualquier joven cortometrajista que haya hecho su corto en MiniDV y haya pensado "no, para qué voy a mandar esto, no tiene sentido", esa persona debería reevaluar nuevamente el destino de su corto. Creo que antes de ocultarlo en el cajón (como estuvo a punto de pasar con La calma), debe uno permitirse soñar con mostrarlo donde le dé la gana. Los resultados pueden ser insospechados.

*

De vuelta en Madrid. La maleta está llena de tarjetas, flyers, papeles impresos y papeles escritos a mano. Tantas personas en tan poco tiempo.


Detrás de esos nombres hay promesas para proyectos futuros, acuerdos futuros que se desvanecerán con el tiempo, que caerán en terreno rocoso y se secarán. 

Pero con otras personas, lo sé, se formará algo que aún es vago pero que ya ha lanzado un primer aliento. Lo importante ya ha ocurrido.


Y todo lo que suceda después dependerá del trabajo y la dedicación. Es la única cosa cierta: trabajo y dedicación. Es la mejor manera de amar al cine y de respetarlo. Sin esperar nada más.


Luego, si alguna buena noticia aparece, será nuevamente momento de sonreír. 

Etiquetas: , , , , , , , ,

miércoles, 16 de febrero de 2011

Berlinale 2011: Béla Tarr y otros apuntes desde el lobby.



El martillo.

Dice la historia que un día Friedrich Nietzsche se cruzó por el camino con un cochero que azotaba con dureza a su caballo. Nietzsche se acercó al animal, lo abrazó con fuerza y le pidió perdón en nombre de la raza humana. Al llegar a casa, el filósofo cayó enfermo. Nunca volvería a escribir más.

Ya sabemos lo que le pasó a Nietzsche, pero no sabemos lo que ocurrió con el caballo...

Así empieza The Turin horse, la última película de Béla Tarr.

El asunto con Tarr es que sus películas se escapan de todos nosotros y se elevan (o se hunden) con una furia devastadora. En los festivales siempre hay películas que hablan de la familia, de las crisis emocionales, de temas que puedes relacionar de alguna manera.

Sin embargo, las películas de Tarr están alojadas en el infierno, en la oscuridad absoluta. Parecen obras realizadas por el demonio mismo. Solamente los primeros diez minutos te azotarían el espíritu de manera dolorosa. Está más allá de lo imaginado.

No es casualidad la mención de Nietzsche en la anécdota inicial: Béla Tarr es el gran martillo del cine contemporáneo.


*


Las malas intenciones

Ya se estrenó la ópera prima de Rosario García-Montero. Es una buena película con un trabajo visual muy especial (el arranque de la película te captura de inmediato) y con un guión inteligente, con momentos muy ingeniosos.

Fátima Buntinx, la niña protagonista del film, es el alma dulce y terrible de la película. En sus gestos, en sus quejas, en sus ojos es donde la película reside, y lo hace bastante bien. El público la aplaudió muchísimo y le festejó cada respuesta que dio sobre el escenario. Resultaba difícil relacionar su encantadora presencia en la vida real con ese personaje tan inquietante creado por García-Montero. Seguro tendrá buena acogida en cada cine adonde llegue.

*
C. Llosa, K. Mundruczó y A. Sissako en charla con los Talents.

En los breaks del Talent Campus

Amigo 1, de Turquía:

Me habla de N.B. Ceylan. Me habla del cine turco. Ahora tienen una película en competencia, en la Sección Oficial. El año pasado ya ganaron un premio también. ¿Cómo hacen?

“Es el gobierno el que ha decidido hace unos años impulsar el apoyo a los jóvenes cineastas. Ahora ya es normal que se escuche hablar del cine turco. Además, todos nos conocemos, yo estoy en el Talent pero soy el asistente de montaje de la película en competencia. Y así, nos rotamos muchas veces. Y también aparece gente nueva, desde luego.”

Amigo 2, de Filipinas:

“¿Has visto lo que están haciendo en los festivales de cine en Asia? Es la locura. Mucho dinero para juntar a los jóvenes cineastas con tutores. He tenido de tutores a Brillante Mendoza y a Raya Martin. Pero, quiero decir, tutores, amigos, eso de estar varios días hablando de cine, bebiendo cerveza, conociendo lo que pensaban. Es lo mejor que puede pasarte. A ese festival le están metiendo mucho apoyo por todos lados y estoy seguro que ya es el más importante de Asia.”

Amigo 3, de Costa Rica:

“El cine costarricense se está construyendo. No tiene ahora una presencia importante, pero poco a poco empiezan a aparecer nuevos nombres. Además, hace poco han creado la escuela de cine y eso ayudará mucho a que los jóvenes puedan ver y discutir películas. El proyecto tiene que verse a largo plazo. De aquí a una década podríamos estar hablando de un cineasta realmente importante nacido en Costa Rica.”

*


El del DAAD y el del Óscar.

Ando completamente perdido. Estoy en una de esas recepciones, uno de esos cocteles de embajadas a las que me han invitado por error, estoy seguro. Sonrío, cojo un bocadillo, sonrío, cojo alguna copa, y esperar 10 minutos a que se acabe el bocadillo y la copa. Por el contrario, la cara de extraviado no se acaba.

De pronto me sorprendo: hace varios minutos un grupo de jóvenes hablan en español cerca de mí. ¿Qué hacer? En fin, me acerco y digo lo que la etiqueta indica que se diga en esos casos: “Perdonen, ¿ustedes no conocen una imprenta aquí en Berlín? Es que debo imprimir unos posters de un cortometraje y no sé dónde puedo hacerlo”. Muy amablemente, y perdonando mi inelegante intromisión, uno de ellos se acerca y me saluda: “Soy Sergio”. Luego me da una dirección en una servilleta y, advirtiendo mi calidad de paria, me conversa amablemente sobre el festival. Me presenta a su amigo, un tipo amabilísimo. Quedo agradecido con ambos, les cuento que el corto está en competencia y que me gustaría invitarlos a él. Y ya, nos despedimos.

Cuatro días después, tenemos un desayuno con personas del DAAD, que es esta fundación que te paga todo para que vivas cómodamente en Berlín por tres meses mientras desarrollas tu proyecto. Vargas Llosa, Tarkovski y Arvo Pärt son algunos de los nombres que han pasado por ahí en su momento.

A mitad de desayuno nos presentan a las personas de la institución y también a alguien que había sido becado por ellos: el amabilísimo amigo. A su lado, Sergio. Resulta que Sergio escribió el guión de un cortometraje que había sido nominado al Óscar. Hablo de nuevo con ellos, ahora con mayor confianza y entusiasmo. Luego seguimos conversando por las calles de Berlín. Son dos personas excepcionales, de alta inteligencia y un humor agudísimo. Los invité a ver el corto. Sé que entraron, pero no los vi a la salida. Quizás huyeron para evitar comentarios perversos sobre el corto. De todas maneras, me tomaré la confianza de, a partir de hoy, llamarlos mis amigos, el del DAAD y el del Óscar.

*


La calma.

La primera proyección de La Calma fue dolorosa. Justo antes habían proyectado Planet Z, un trabajo impecable de Momoko, una japonesa que vive en París. Es un corto técnicamente exquisito, y viene con la firma de Canal +. A continuación proyectan La calma y, al haber sido hecho en vídeo, la poca resolución del corto me ha torturado en varios momentos. La pasé mal, realmente, y al salir a hablar frente al público tuve que frenarme para no colapsar.

La segunda proyección resultó mucho mejor. No me sentía tan mal y hasta pude ver algunas caras de los asistentes. El público parecía verdaderamente interesado, o al menos son muy diplomáticos, sin duda. Queda una proyección más y esa ocasión la usaré para ver solamente a los espectadores. Y luego de eso, todo estará terminado y podré volver a pensar en Madrid, en retomar la vida habitual y en construir el siguiente proyecto. Todo esto será un bonito sueño y una grata experiencia para entonces. 

Etiquetas: , , , , , ,

martes, 15 de febrero de 2011

El discurso.


Esta tarde quería volver a escribir algunos comentarios de la Berlinale, sobre Las malas intenciones, sobre el cortometraje que ya ha sido estrenado, y algunas informaciones que quizás sean valiosas para jóvenes cineastas que deseen mover sus proyectos por estos lados. 

Escribiré pero será mañana, o más adelante. He pasado esta hora de descanso  leyendo y releyendo el gran discurso de Álex de la Iglesia que ha aparecido en El País.

Me he conmovido con sus palabras y, aunque seguramente ustedes ya lo han leído, lo copiaré íntegramente. Son actos de este tipo los que pueden hacer surgir algo importante en el futuro. 

Además, pueden aplicar este discurso a cualquier otra cinematografía y funcionaría perfecto.  Al leerlo piensen en el cine peruano, el cine argentino. Encaja, ¿no?

El asunto ahora es, ¿lo habrán entendido?

*


Hay que ser humildes. A mi me cuesta mucho, soy soberbio y engreído. Parece que forma parte de mi trabajo, y no debe ser así. No somos tan importantes. Importante es salvar vidas en un hospital. Eso sí que debería tener trascendencia mediática. Hay que ser humildes y estar agradecidos. El público, que es la gente para la que trabajamos, ha ido a ver nuestras películas más que nunca, y eso es un honor y un orgullo. No pensemos que somos mejores por eso. Pensemos que nos han dado una oportunidad. Hay que aprovecharla.

Tenemos que ser humildes, estar agradecidos y pedir perdón por haber fallado muchas veces. Nunca reconocemos nuestros errores. Nos miramos al ombligo, nos encanta nuestro ombligo. Tenemos pósters de nuestro ombligo en casa, cuadros de ombligos llenando nuestras paredes. Creemos que somos artistas, genios alternativos, creadores. Antes de todo eso, somos trabajadores. Nos pagan por hacer un trabajo, y hay que hacerlo bien. Este año ha sido uno de los mejores, pero el siguiente tiene que ser todavía mejor. Los primeros que tenemos que arrimar el hombro somos nosotros. Yo ruedo mañana, así que no me quedo a los canapés.

Y aquí viene el meollo de la cuestión, porque hay mucha gente que no puede rodar, que no puede trabajar. No tiene esa suerte. No sólo hablo de directores, o productores que no encuentran medios de financión. No hablo de distribuidores que luchan por colocar nuestras películas en las pantallas, o exhibidores que ven cómo desaparecen sus salas. Hablo de miles de familias que no tienen glamour y no salen en las revistas; que no han estado ni estarán nunca en los Goya. Gente que se dedica al montaje, al sonido, maquilladores, eléctricos, sonidistas, actores de reparto, figurantes, empresas de catering, gente que vive de esto, que genera riqueza.

Estamos aquí para que esta gala sea divertida, promocionar las películas, y que la gente vaya al cine. Pero el asunto es más serio de lo que parece. Necesitamos fortalecer la industria, y así poder hacer mejores películas. Hacer todo tipo de cine, tanto grande como pequeño. Contar todo tipo de historias, comernos la cabeza para hacerlo con los medios que tenemos y competir con Hollywood. ¿Saben ustedes lo increíblemente difícil que es sobrevivir tanto sólo una semana en cartelera? Algunos de los que compiten aquí han conseguido el milagro de ser número uno en taquilla. Creo que se merecen un aplauso.
Estamos contentos. Tenemos motivos para estarlo. El cine hecho en este país ha vivido en 2009 uno de sus mejores años. No sólo por la taquilla. Este año nos hemos sentido vivos. Más vivos que nunca. Un año comprometidos con nuestra profesión y con nuestro sector. Un año polémico, complicado, con desacuerdos y desencuentros. ¡No puede ser de otra manera! Somos así, como una imagen grotesca de nuestro propio entorno. Sin embargo, podemos cambiar. Miradme, 35 kilos menos. Podemos y debemos llegar a un acuerdo, y entender que no hay una manera de hacer cine, sino muchas, y que debemos contemplarlas todas.
Este semestre el Gobierno ha asumido la Presidencia de la Unión Europea. Es una oportunidad única para reafirmar nuestro compromiso con Europa. El cine es, precisamente, uno de sus mayores y mejores altavoces. Utilícenlo. Estamos a su disposición.
La Academia está a punto de cumplir su primer cuarto de siglo, y lo que fue un sueño de unos cuantos entusiastas, es ahora una comunidad de más de 1.200 personas, orgullosas de su trabajo. Tenemos que convencer a la sociedad de que también puede estar orgullosa de nosotros. Este año, los que disfrutáis de la gala, lo habéis conseguido. Enhorabuena.
Tenemos que cambiar, pero unidos. Tenemos un frente común y los mismos objetivos. No es tan difícil. Para todo esto necesitamos cobertura. Necesitamos leyes que protejan la coexistencia de todos los sectores industriales, y eso incluye también al cine. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a los grupos de poder que pueden facilitar este cambio. Me refiero a las televisiones.
Televisión Española sigue demostrando su compromiso, sin el que, les aseguro, sería muy difícil la existencia del cine en España. A las restantes no les pedimos su generosidad, sino que les ofrecemos nuestra disposición a trabajar, para demostrarles que juntos podemos acercarnos a lo que todos queremos: la mayor calidad para nuestros espectadores. Las televisiones han ayudado a levantar películas que gozan de un éxito internacional inimaginable hace unos pocos años, proyectos rentables con un enorme prestigio y una imagen extraordinaria para sus productores. Eso sólo lo consigue el cine. Por favor, no lo olviden.
El año 2010 no ha hecho más que comenzar. Humildad, agradecimiento, ilusión y orgullo. Esforcémonos en ello. Les aseguro que habrá muchas películas españolas que disfrutar. No se las pierdan.


Etiquetas: , ,

domingo, 13 de febrero de 2011

Berlinale 2011: El Premio.


El premio, de Paula Markovitch

DÍA 1: El Premio y otros apuntes.

Cuarenta minutos caminando hacia el norte por Friedrichstraße, o shopping street: La elegancia de las tiendas y en los transeúntes es notoria. Tras cruzar el río, a cinco minutos, está FriedrichstraßePalast, "Europe´s biggest show palace". Un sitio impresionante, apabullante, como casi todo lugar en Berlín. Y, en su sala principal, El premio, de Paula Markovitch.

Mientras espero en la fila, mis oídos se dejan atrapar por tres amigos que hablan en español. Supongo que es lo normal. Uno de ellos menciona un dato que ni siquiera había advertido: Paula Markovitch ha firmado el guión de una de las más hermosas películas mexicanas que recuerdo en los últimos años: Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke. Tomo asiento. La pantalla es realmente kilométrica. Una anfitriona está de pie, en medio de las escaleras, y sonríe hacia algún punto vacío allá arriba. No hace nada más que mirar al vacío. Permanece así durante los treinta minutos que dura el ingreso del público por ese sector.  Luego le hace una seña a alguien y desaparece. 

*
Paula Markovitch

Las olas tienen muchas hermanas. 


La cantidad de créditos iniciales hace sonreír al público: "Con la coproducción de... con la coproducción de..." Están muchos nombres conocidos ahí: World Cinema Fund, Fonds Sud, una institución polaca. Así, se ve que es una película de varias naciones. Pero lo más sorprendente es notar, luego, ya arrancada la película, que se trata de fundamentalmente una película argentina, en sus personajes y en su historia. En todo lo demás, es una película universal.

Paula Galinelli Hertzog se llama la niña que encarna a Ceci, la pequeña protagonista del film que debe callar su historia de los demás. ¿Cómo podría ella hablar de algo que ni siquiera entiende bien? Así que, en lugar de hablar, ríe sin parar, deja que el viento la golpee, sufre y abraza a su perro, se alegra cuando su mamá le pregunta si quiere dormir con ella...

¿Qué significa "pesimista"?


Creo que la fortaleza de la película reside en que Markovitch observa, realmente observa a los niños y en cada plano y en cada sonido se siente este deleite: en la miradas, en los juegos absurdos, en las voces. A partir de este disfrute parece que se ha ido decidiendo el ritmo de la película. La cineasta nos confronta con momentos habituales de nuestra existencia: ensimismamientos, daydream moments, instantes meramente sensoriales.

Rodaje de El premio

Por ello, algunos han comentado que es una película hermosa pero "algo extensa" y "un poco literaria" (*leer nota al final del post).


A mi gusto, esas escenas "literarias" son las más emotivas, son las que me hicieron revivir mi infancia y la que me llenaron de una nostalgia que aún llevo encima. Porque, en verdad, hay una melancolía enorme en toda la película, y esa melancolía se ha disfrazado de niña. Y también de madre. Y ya sabemos que la melancolía no puede extirparse, sólo ensancharse.

Pero también hay escenas con una tensión fortísima y esta convivencia de sensaciones es la que hace de El premio una película altamente recomendable. Seguro llegará a estrenarse en muchos países, y no precisamente por ser una multi-coproducción. 



*

Debido a las actividades del Festival, me he ido perdiendo distintas proyecciones. Ando con prisa y me estoy volviendo un experto en tomar el metro en sentido equivocado. He jugado al rato y al ratón por día y medio con Robinson, ayudante de dirección de La Calma. Al final nos encontramos para la primera proyección del cortometraje, realizado exclusivamente para los acreditados en el Festival. 

La verdad es que ha sido una experiencia extraña ver el cortometraje en la pantalla de un cine (ya estaba acostumbrado a verlo en la pantalla de la laptop o a lo más en un televisor de mediano tamaño). Extraño, es lo único que puedo decir. Y me guardaré para siempre esta experiencia, esta primera vez. ¿No es así como se siente alguien que acaba de perder la virginidad? Extraño. 

Las personas del Berlinale Shorts son el exceso de la amabilidad y ayudaron a que se me fuera el terror. Pero no me imagino la Premiere, el lunes 14 por la noche. No me veo presentando el corto frente al público. Ahí sí tendré que responder preguntas y todo ese asunto.

Creo que simplemente me pondré al frente y, como la anfitriona del cine, miraré hacia algún punto vacío allá arriba, sin decir nada. 


*


(*) NOTA:


Al día siguiente de escribir sobre El premio, me crucé con Paula M, la directora, y conversamos sobre su película. Hablamos de los comentarios que se referían a su film como una película "literaria", según unos periodistas. La directora me aclaró el tema: 


"Cuando hablé con el periodismo me referí a que para mí el cine es literatura. Yo me refería a un concepto teórico que abarca a todo el cine, no a mi película en particular.


Es decir, yo considero que el cine se inventó mucho antes que el celuloide y que todas las películas -aún las hollywoodenses- tienen una naturaleza literaria. Era un concepto teórico pero los periodistas comprendieron otra cosa, comprendieron como que  mi estilo era literario.


Y bueno, ya me di cuenta que en conferencia de prensa hay que ser extremadamente precisa porque la comprensión es muy difusa... A raíz de esa confusión atribuyen lo extenso de la peli y de algunas escenas, a mi supuesto estilo... literario."


Además, me entero que el rodaje de El premio se terminó hace poco más de tres meses, y el trabajo de edición y post fue hecha a toda velocidad, por lo que es posible que aún haya un leve ajuste final antes de subir la película a 35. 


En todo caso, a mí, la versión que vi, me encantó y espero verla nuevamente en los próximos meses en Madrid.

Etiquetas: , , , , ,

jueves, 10 de febrero de 2011

Desde mañana: BERLINALE 2011.


Empieza la Berlinale.

Vía streaming la pueden seguir desde su website:

http://www.berlinale.de/en/visuals/videostreaming/live-streaming/index.html

Si da el tiempo, desde mañana intentaré empezar una suerte de "diario del festival".

Un gran saludo a todos los que nos han escrito por la selección del cortometraje.

Nosotros hemos venido a pasarla bien, disfrutar la experiencia, responder todas las preguntas que nos hagan sobre nuestra obra y, desde luego, buscar a Tarr, a Herzog, a Jonze, a Park, a Maddin... y mirarlos de lejos sin atrevernos a saludar...

¡Hasta mañana!

Etiquetas: , ,

lunes, 7 de febrero de 2011

El cineasta amateur, por Maya Deren.

El mayor obstáculo para los cineastas amateurs es su propio sentimiento de inferioridad vis-à-vis con las producciones profesionales.

La propia clasificación “amateur” tiene un timbre apologético. Pero la propia palabra –del latín “amateur”– “amante” significa alguien que hace algo por amor a la cosa más bien que por razones económicas o por necesidad. Y este es el significado por el cual el cineasta amateur debe tomar su camino.

En lugar de envidiar el guión y los escritores de diálogos, los actores entrenados, los equipos elaborados y los sets, los enormes presupuestos de producción de los films profesionales, el amateur debe hacer uso de la gran ventaja que todos los profesionales le envidian, llámese libertad –tanto artística como física.

Libertad artística significa que el cineasta amateur nunca es forzado a sacrificar el drama visual y la belleza a una corriente de palabras, palabras, palabras, palabras, a la incesante actividad y explicaciones de un plot, o al despliegue de una estrella o del producto de un patrocinador; de la producción amateur no se espera que retorne utilidades sobre una gran inversión manteniendo la atención de una audiencia masiva y variopinta por 90 minutos.

Como el fotógrafo amateur el cineasta amateur puede dedicarse a la belleza y la poesía de lugares y eventos y, desde que usa una cámara de cine, puede explorar el vasto mundo de la belleza y el movimiento… En vez de tratar de inventar un plot que mueva, usa el movimiento del viento o del agua, los niños, la gente, elevadores, pelotas, etc., como un poeta las celebraría.

Y usa su libertad para experimentar con ideas visuales; sus errores no harán que lo despidan.

Libertad física incluye libertad de tiempo –libertad de los plazos impuestos por un presupuesto. Pero sobre todo, el cineasta amateur, con su pequeño, ligero equipo, tiene una inconspicuidad, y una movilidad física que es la envidia de la mayoría de los profesionales, cargados como están por sus monstruos de muchas toneladas, cables y equipos.

No olvides que no hay trípode construido que sea tan milagrosamente versátil en movimiento como el complejo sistema de soportes, articulaciones, músculos y nervios que es el cuerpo humano, el cual, con un poco de práctica hace posible una enorme variedad de ángulos de cámara y acción visual. Tú tienes todo esto y un cerebro también, en un solo, compacto, empaque móvil.

Las cámaras no hacen films. Los cineastas hacen films. Mejora tus films no añadiendo más equipo y personal sino usando lo que tienes a su total capacidad. La parte más importante de tu equipo eres tú mismo. Tu cuerpo móvil, tu mente imaginativa, y tu libertad para usar ambos. Asegúrate de usarlos.





Maya Deren, Film Culture, Invierno de 1965.

Etiquetas: , , , ,

viernes, 4 de febrero de 2011

Adieu Gary: un reencuentro con Jean-Pierre Bacri.


Como ya había comentado, este blog tuvo el honor de ser elegido como parte del Jurado del Primer Festival Online que se ha hecho hasta el momento: My French Film Festival. Ha sido una labor complicada, un poco agotadora también, pero ya ha terminado.

En general, aunque algunas recientes películas francesas manifiestan el deseo de sacudirse un poco del habitual "naturalismo social" (De dioses y hombres, de Beauvois, por ejemplo), lo cierto es que la mayoría de cineastas franceses se sienten cómodos con los dramas familiares. Y está bien que sea así, pues aclarada la mirada solamente tienen que avanzar pulcramente en los siguientes pasos. Y los resultados son bastante apreciables.

Así tenemos, por ejemplo, a La famille Wolberg de Axelle Ropert. Una película especial, donde el drama siempre está presente de manera muy suave, oculto bajo las gracias de la cotidianeidad, pero que finalmente aflora en un episodio doloroso para quien sabe de rupturas familiares. Y esto se encuentra hasta en la película más definida por un género, como es el caso de Espion(s) de Nicolas Saada.

Pero había que elegir al mejor film, tarea complicada y que ha hecho que aumente mi respeto para quienes han sido jurados de competencias cuyo nivel se ha mantenido parejo.


Adieu, Gary

El punto de partida es reconocible: un joven vuelve a su pueblo. A través de sus ojos, de su reconocimiento, de sus expectativas, así es como vamos a identificar el lugar y sus personajes.

Desde la primera toma, el director, Nassim Amaouche, nos va llevando hacia ese estado de letargo, el letargo del típico pueblo de provincia, anclado un poco en el olvido de la civilización. Las pausas, los personajes ubicados en medio del encuadro y solamente espacio vacío alrededor, el rumor del polvo y los árboles, todo nos va empujando a ese ambiente.



De hecho, todo muy medido, todo muy cuidado y también hubiera pasado como una buena película más. Pero aparecieron dos elementos que, a mi gusto, la hacen una película especial:

En primer lugar, la actuación de Jean-Pierre Bacri como el padre que vive entre el fastidio y la esperanza de que su vida a los ¿cincuenta y algo? aún pueda mejorar. Quizás el padre sea el verdadero protagonista del film y no su hijo. Ese pueblo es él, esa soledad, esa angustia frente a la juventud donde regaña a sus hijos pero a la vez teme perderlos, ese próximo anciano sin rumbo ahora que ya no hay fábricas, ahora que su sindicato resultó un fiasco, ahora que ni siquiera el tren pasa por ahí.

El padre es, finalmente, el rostro del fracaso. Y ese fracaso ha estado presente en nuestras cenas familiares, en nuestros deseos de viajar lejos, en nuestras ganas de volver a casa. Es un fracaso cariñoso, y por ello mismo aún nos causa tristeza. Excepcional actor Bacri, quien con un mínimo quiebre gestual evoca a la imagen paterna de inmediato. Ya lo recordaba de El gusto de los otros, y redescubrirlo aquí ha sido una grata sorpresa.

Y en segundo lugar, hay un momento del film que me parece particularmente bello. Trataré de explicarlo: Eventualmente, en el pueblo de la película aparecen personajes secundarios, silenciosos, como almas en pena. Uno de estos personajes es un adolescente gordito a quien nunca vemos hablar, ni siquiera con su madre. Está encapsulado en el recuerdo paterno al tiempo que mira westerns clásicos.

A ese joven lo vemos poco en la película... y sin embargo, en él radica el misterioso título. "Tu padre era muy guapo, todos decían que se parecía a Gary Cooper" le dice la madre. Es a esa figura exitosa, encumbrada, a quien el adolescente extraviado espera. Y es así como se explica el misterioso título de la película.

La incómoda realidad se presenta de manera melancólica en esta película. Pero no me gusta por eso, sino por la coherencia formal, por sus grandes actores y por el inesperado arribo de esa magia que justifica todo el naturalismo previo.


Etiquetas: , , , , ,

miércoles, 2 de febrero de 2011

Posters/Carteles de colección.

Hace unos días, cuando debíamos pensar rápidamente en un póster para el cortometraje que vamos a presentar en Berlín (La calma), tuve que revisar varios websites para darme una idea de cómo enfocar ese detalle usualmente menospreciado pero que, en realidad, es una carta de presentación fundamental para toda obra.


Así, me encontré con unas obras dignas de ser compartidas, especialmente en Mondo, the blog. Haz click para agrandarlas: 


Bad Lieutenant, de Alan Hynes.


The Evil Dead, de Olly Moss


Frozen, de Kevin Tong 


The Godfather, de Billy Perkins y Jeff Kleinsmith


Der Golem, de The Silent Giants


The Human Centipede, de The Silent Giants


Metrópolis, de Rich Kelly


Night of the Living Dead, de Florian Bertmer


Plan 9 From Outer Space, de Todd Slater


Scott Pilgrim vs The World, de Martin Ansin


Luke´s Destiny, de Frank Stockton


Night of the Living Dead, de Florian Bertmer
(y brilla en la oscuridad)


The Lost World, de Dan McCarthy


The Wolfman, de Daniel Danger
(a ver si encuentras al lobo)


Y, bueno, el cartel de nuestro cortometraje es el siguiente: 


 La Calma, de Carlos Villalobos. 

A mí me gusta.
La objetividad ha hablado. 

Etiquetas: , , , ,