Berlinale 2011: El Premio.
El premio, de Paula Markovitch
DÍA 1: El Premio y otros apuntes.
Cuarenta minutos caminando hacia el norte por Friedrichstraße, o shopping street: La elegancia de las tiendas y en los transeúntes es notoria. Tras cruzar el río, a cinco minutos, está FriedrichstraßePalast, "Europe´s biggest show palace". Un sitio impresionante, apabullante, como casi todo lugar en Berlín. Y, en su sala principal, El premio, de Paula Markovitch.
Mientras espero en la fila, mis oídos se dejan atrapar por tres amigos que hablan en español. Supongo que es lo normal. Uno de ellos menciona un dato que ni siquiera había advertido: Paula Markovitch ha firmado el guión de una de las más hermosas películas mexicanas que recuerdo en los últimos años: Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke. Tomo asiento. La pantalla es realmente kilométrica. Una anfitriona está de pie, en medio de las escaleras, y sonríe hacia algún punto vacío allá arriba. No hace nada más que mirar al vacío. Permanece así durante los treinta minutos que dura el ingreso del público por ese sector. Luego le hace una seña a alguien y desaparece.
*
Paula Markovitch
Las olas tienen muchas hermanas.
La cantidad de créditos iniciales hace sonreír al público: "Con la coproducción de... con la coproducción de..." Están muchos nombres conocidos ahí: World Cinema Fund, Fonds Sud, una institución polaca. Así, se ve que es una película de varias naciones. Pero lo más sorprendente es notar, luego, ya arrancada la película, que se trata de fundamentalmente una película argentina, en sus personajes y en su historia. En todo lo demás, es una película universal.
Paula Galinelli Hertzog se llama la niña que encarna a Ceci, la pequeña protagonista del film que debe callar su historia de los demás. ¿Cómo podría ella hablar de algo que ni siquiera entiende bien? Así que, en lugar de hablar, ríe sin parar, deja que el viento la golpee, sufre y abraza a su perro, se alegra cuando su mamá le pregunta si quiere dormir con ella...
¿Qué significa "pesimista"?
Creo que la fortaleza de la película reside en que Markovitch observa, realmente observa a los niños y en cada plano y en cada sonido se siente este deleite: en la miradas, en los juegos absurdos, en las voces. A partir de este disfrute parece que se ha ido decidiendo el ritmo de la película. La cineasta nos confronta con momentos habituales de nuestra existencia: ensimismamientos, daydream moments, instantes meramente sensoriales.
Rodaje de El premio
Por ello, algunos han comentado que es una película hermosa pero "algo extensa" y "un poco literaria" (*leer nota al final del post).
A mi gusto, esas escenas "literarias" son las más emotivas, son las que me hicieron revivir mi infancia y la que me llenaron de una nostalgia que aún llevo encima. Porque, en verdad, hay una melancolía enorme en toda la película, y esa melancolía se ha disfrazado de niña. Y también de madre. Y ya sabemos que la melancolía no puede extirparse, sólo ensancharse.
A mi gusto, esas escenas "literarias" son las más emotivas, son las que me hicieron revivir mi infancia y la que me llenaron de una nostalgia que aún llevo encima. Porque, en verdad, hay una melancolía enorme en toda la película, y esa melancolía se ha disfrazado de niña. Y también de madre. Y ya sabemos que la melancolía no puede extirparse, sólo ensancharse.
Pero también hay escenas con una tensión fortísima y esta convivencia de sensaciones es la que hace de El premio una película altamente recomendable. Seguro llegará a estrenarse en muchos países, y no precisamente por ser una multi-coproducción.
*
Debido a las actividades del Festival, me he ido perdiendo distintas proyecciones. Ando con prisa y me estoy volviendo un experto en tomar el metro en sentido equivocado. He jugado al rato y al ratón por día y medio con Robinson, ayudante de dirección de La Calma. Al final nos encontramos para la primera proyección del cortometraje, realizado exclusivamente para los acreditados en el Festival.
La verdad es que ha sido una experiencia extraña ver el cortometraje en la pantalla de un cine (ya estaba acostumbrado a verlo en la pantalla de la laptop o a lo más en un televisor de mediano tamaño). Extraño, es lo único que puedo decir. Y me guardaré para siempre esta experiencia, esta primera vez. ¿No es así como se siente alguien que acaba de perder la virginidad? Extraño.
Las personas del Berlinale Shorts son el exceso de la amabilidad y ayudaron a que se me fuera el terror. Pero no me imagino la Premiere, el lunes 14 por la noche. No me veo presentando el corto frente al público. Ahí sí tendré que responder preguntas y todo ese asunto.
Creo que simplemente me pondré al frente y, como la anfitriona del cine, miraré hacia algún punto vacío allá arriba, sin decir nada.
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(*) NOTA:
Al día siguiente de escribir sobre El premio, me crucé con Paula M, la directora, y conversamos sobre su película. Hablamos de los comentarios que se referían a su film como una película "literaria", según unos periodistas. La directora me aclaró el tema:
"Cuando hablé con el periodismo me referí a que para mí el cine es literatura. Yo me refería a un concepto teórico que abarca a todo el cine, no a mi película en particular.
Es decir, yo considero que el cine se inventó mucho antes que el celuloide y que todas las películas -aún las hollywoodenses- tienen una naturaleza literaria. Era un concepto teórico pero los periodistas comprendieron otra cosa, comprendieron como que mi estilo era literario.
Y bueno, ya me di cuenta que en conferencia de prensa hay que ser extremadamente precisa porque la comprensión es muy difusa... A raíz de esa confusión atribuyen lo extenso de la peli y de algunas escenas, a mi supuesto estilo... literario."
Además, me entero que el rodaje de El premio se terminó hace poco más de tres meses, y el trabajo de edición y post fue hecha a toda velocidad, por lo que es posible que aún haya un leve ajuste final antes de subir la película a 35.
En todo caso, a mí, la versión que vi, me encantó y espero verla nuevamente en los próximos meses en Madrid.
Etiquetas: berlinale 2011, el premio, la calma, laura agorreca, paula galinelli hertzog, paula markovitch
1 comentarios:
También vi el premio en Berlin como tú, Fernando. Los dos premios mencionados en la gala (la fotografía y el arte) son de un nivel superlativo.
He visto que están comparando a Las malas intenciones con Lucrecia Martel y eso no puede ser sino un exceso de entusiasmo. Si hay una película que alcanza momentos de Martel es El premio, no hay otra.
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